DE ISLEÑO A PENINSULAR: ALMERÍA, 1996-2003

CURIOSIDADES DE LA ÉPOCA DE ALMERÍA

Ante SAR y SSMM los Reyes de España

En esta época del Tercio en Almería han sido numerosas las ocasiones en las que unidades tipo Cía, Bandera o el Tercio al completo, han rendido honores o desfilado ante SAR el Príncipe de Asturias o SSMM los Reyes de España con motivo de visitas oficiales, despedidas o recepciones tras el cumplimiento de misiones de paz o bien por participar en el desfile del día de las FFAA o de la Fiesta Nacional.

Así en el Desfile de las Fuerzas Armadas efectuado en Madrid con motivo del día de la Hispanidad, el 12 de octubre de 1998, desfiló al mando del Coronel Jefe del 3er Tercio, García Moreno, la PLMM y la VIII Bandera, mientras que el 12 de octubre de 2000 fue la VII Bandera la que desfiló con el 2º Tercio. El día de las FFAA de este mismo año la 6ª Cía de la VIII había participado en Cartagena en los actos organizados por tal motivo, desfilando ante los Reyes de España. Asimismo, un año más tarde el 12 de octubre de 2001 participó también el Coronel Jefe del 3er Tercio, Morala Albaladejo, con la PLMM y VIII Bandera. El Coronel Bataller Alventosa lo hizo en octubre del 2003 pero sólo con el Guión del Tercio y parte de la PLMM pues desfilaba una Bandera mixta del Núcleo de la BRILEG compuesta por una Cía de la Bandera del Cuartel General, una del Grupo Logístico y una Batería del Grupo de Artillería, encontrándose gran parte del Tercio en Irak formando el GT D. Juan de Austria.

Ya en Viator (Almería), SSMM los Reyes visitaron esta base el 20 de septiembre de 1995 donde formaron la 2ª Cía y la 8ª Cía, que ya se encontraban destacadas desde Fuerteventura. Justo un año más tarde, en el aniversario de 1996, formó todo el Tercio, incorporado a primeros de año a Almería, junto al resto de las unidades de la Brigada de la Legión Rey Alfonso XIII ante los Reyes de España. En lo que respecta al SAR el Príncipe Felipe visitó esta base en abril de 2002, rindiéndole honores la 6ª Compañía de la VIII Bandera. Por otra parte, lo que es ya fuera de Almería la 5ª Compañía de la VII Bandera al mando del Capitán Gabari rindió honores a SAR el Príncipe de Asturias el Jueves Santo de la Semana Santa de 1996, en Málaga, durante la salida procesional del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, protector de la Legión.

De la entrega de llave a la Ballesta y Arcabuz

Se trata de una costumbre exclusiva del 3er Tercio en el ámbito de la Legión. Una vez al año, normalmente tras la incorporación de los Oficiales a su salida de las Academias, o bien aprovechando los festejos del 20 de septiembre, se reunían los Oficiales del Tercio con objeto de que el más moderno entre los que nunca hubieran estado en la Legión, incorporados durante el último año, recibiera, de manos del que se encontraba en la misma situación en el año anterior, una ballesta igual que la del emblema de la Legión, de tamaño real (luego hablaré de la llave del Tercio). Este arma quedaba bajo su custodia y en depósito hasta que al año siguiente se produjese el relevo. El saliente debía pronunciar una pequeña alocución en la que, públicamente, ante el Sr. Coronel y resto de Jefes y Oficiales, instase a los nuevos compañeros a ser fieles cumplidores de sus obligaciones como Oficiales y como legionarios. Por cierto que un suculento vino español, abonado por los entrantes, esperaba mientras tanto la orden de ataque.

El Oficial que recibía la ballesta debía colgarle una cinta con una inscripción poética del acontecimiento, señalando lo que en ese momento sentía. A continuación todos los Oficiales incorporados el último año iban pasando por el saliente que les llenaba un casco de leche de pantera que debían tragarse de un tirón, mientras los presentes gritaban ¡glu, glu, glu,… La única salida, poco digna pero permitida, para aquellos que fueron incapaces de tragarse todo el contenido del casco, era aguantar el chapuzón de leche de pantera derramándosela desde la cabeza por todo el cuerpo al colocarse el casco semilleno, todo ello, repito, sólo en el caso de no haber sido vaciado previamente por ingestión. No obstante siempre existían valientes capaces de beberse este enorme recipiente. Esta tradición viene al parecer de los primeros tiempos del Sahara (año 1959, o 60).

Respecto a los Suboficiales, esta costumbre fue más reciente (año 1986), haciéndose entrega y custodiando en este caso la otra parte del emblema de la Legión, esto es, el arcabuz. Se remonta a las primeras incorporaciones de Suboficiales no legionarios, debido a que la idea original, al igual que ocurría con los Oficiales, era darles un primer baño de Legión a los mandos no legionarios. El acto era idéntico en cuanto a la entrega del arma, custodia, pronunciamiento de alocución y bebida de un casco de leche de pantera.

Me queda la duda de sí en sus orígenes, esta costumbre de la ballesta sirviese como motivo de despedida de los Oficiales cuando dejaban el Tercio, de ahí que entre las cintas colgadas exista una del Capitán D. José Martínez Manceñído, fechada el 10 de enero de 1966 en el Aaiún, que dice 30-VI-58 a 30-IX-62 (se supone que era Teniente) y 15-VI-64 a 30-XII-65 (parece su regreso y despedida como Capitán), escribiendo la frase: Siempre con vosotros y con la Legión ¡viva la heroica Legión!.

Pero quizás una de las frases más emotivas corresponda al Teniente D. Manuel de Lara Cimadevilla, 20-12-61 a 26-04-66 que escribió: Cuándo viviendo de ilusiones crees estar viviendo la más bella de las realidades, ¿qué poder misterioso y qué impulso sobrenatural tendrá tu nombre, Legión?. Tu Credo, tu carisma, tu esencia será siempre mi guía. Hasta pronto, hasta siempre. Luego cuando visitó la Brigada de la Legión, ya de Teniente General Jefe de la Fuerza de Maniobra, el 28-03-00, se le enseñó la ballesta con su cinta de Teniente y escribió otra frase: Los años pasan, pero las ilusiones permanecen, porque la Legión es ilusión. Gracias VIII Bandera, porque en ella aprendí a ser militar, gracias, Bandera de Colon, porque ella guió mi vida, gracias Legión, porque sigues siendo Legión.

Tras escribir estas líneas, cual sería mi sorpresa que al encontrarme con el Coronel Jiménez Reigada de la época de Larache, pues estuvo de Teniente en el 3er Tercio en 1954-58, me dijo que en aquella época no existía ésta costumbre de la entrega de la ballesta sino que en el relevo del Oficial más moderno lo que se traspasaba, y lo que quedaba en custodia, era la Llave del Tercio construida con madera y de gran tamaño, desconociendo cuantos años atrás se venia produciendo este hecho tan peculiar. Pudo ocurrir perfectamente que el Oficial en posesión de la llave fuera de los que en el 58 no marchó al Sahara (al darse la opción a los cuadros de mando del 3er Tercio de quedarse en Riffien en el 2º Tercio), y de ahí que en el desierto se echara mano de una ballesta de un emblema de la Legión, perdiéndose así una costumbre y naciendo otra a cambio.

Pero mayor fue mi sorpresa cuando hablando con el Coronel Girona, tambien de la época de Larache pero más antiguo que el Coronel Reigada, se remontó a unos orígenes más lejanos pues me dijo que era costumbre en el 3er Tercio a la llegada de los nuevos Tenientes realizar el reconocimiento de firma. La VII Promoción fue la primera que llegó en bloque a su primer destino, el 20 de enero de 1953; los antiguos les acompañaban al almacén de vestuario a proveerse de lo apropiado, gorrillo, tela verde, camisas, guantes de manopla, galleta de la respectiva Bandera, etc.; todos los pagos se hacían mediante el correspondiente vale que la dependencia, con posterioridad, pasaba a Caja quien a fin de mes lo deducía de la nómina y lo que quedaba era el líquido que contenía el sobre de paga. Esta visita al almacén solía ser en la mañana del día de la presentación, por la tarde había una solemne reunión de la tenientada en la Residencia y allí, cada antiguo iba convenciendo a los recién llegados a que debían hacerse reconocer la firma para el cumplimiento de lo adquirido en el almacén y su paso por Caja. Lo que se firmaba era un vale en blanco con efecto en el bar de la Residencia, de tal modo que todo lo preparado y consumido en la feliz reunión era a costa de los nuevos Tenientes.

A la salida de la VIII Promoción no hubo incorporaciones al 3er Tercio, por lo que continuó un año más el Teniente Girona Olmos siendo el más moderno hasta el 20 de enero de 1955, fecha en la que se presentaron los Tenientes de la IX Promoción. A la ceremonia del reconocimiento de firma se añadió la de entrega, por primera vez, de la Llave que el más moderno recibía del Teniente que hasta ese momento lo había sido. De la IX Promoción custodió la Llave el Teniente Arturo Armada Sarriá y no se la entregó el Teniente Girona, ausente en Jaca realizando el Curso de Montaña, por lo que se la dió el Teniente Fernández de Lis quien, sin duda dada su imaginación y arte, debió ser el inventor del hecho. Esta custodia se fue realizando sucesivamente por los Tenientes más modernos de cada promoción durante la permanencia en Krimda del Tercio. Al parecer fue la XII Promoción la última que recibió la Llave en Larache. En definitiva, con la edición de este libro en el 2003 se cumple el Aniversario del nacimiento de esta costumbre típica y exclusiva del Tercio D. Juan de Austria.

Legionarios más veteranos en el 2003

En el año 2003, con motivo de la desaparición en su día de la escala de mandos legionarios, en el 3º Tercio solo quedaban los Capitanes legionarios Manuel Mosquete Camero(ingresó en la Legión en 1971), D. Pedro Ruiz González ingresó en (1972), D. Antonio Cantón Cisneros ingresó en (1975), D. Javier Menéndez Mozo ingresó en (1976), el Sargento 1º D. Angel Lorenzo Martínez ingresó en (1980), todos ellos, menos el Capitán Mosquete, pertenecientes aún a la Escala Legionaria.

Respecto a la tropa, el más antiguo en el D. Juan de Austria, a fecha de junio del 2003, lo es el Cabo Mayor D. Julio Plaza Mercado (ingresó en el año 1967) seguido del Cabo 1º D. José Guinea Guinea (1970), el Cabo Mayor D. Antonio Soler Martínez (1970), Cabo D. Victoriano Novas Salgueiro (1972), Cabo Mayor D. Francisco Pérez Teruel (1974), Cabo 1º D Jose Otero Quiroga (1977), Cabo 1º D. Elías Castro González (1977), Cabo D. Angel Marcos Inserman (1978), Cabo Mayor D. Juan Arienza Santos (1978), Cabo Mayor D. Juan Vizcaíno del Rosario (1980), Cabo D. Andree Cornile (1980),Cabo Mayor D. Juan Garrido Felipe (1980). Respecto a los que llevan más de 10 años de Legión en esta fecha citaremos, hasta completar un total de 37, a los Cabos 1º Cortés, Dias Gonçalves Torrealba, Pérez Ruiz, Jatta, De la Cuesta, Díaz Arriado, Paulino O’nsue, Ali Mohamed, Villalba, Apóstol Ion, Lobo, Bohopo, Alfa So, Sautóho, Ontiyuelo, Yedri, Escribá, Campos, Alonso, Gómez, Martín Urbaneja, Colmenero, Rodríguez Prieto y Dafonte.

Por último, con la desaparición de la escala legionaria desapreció también la base de suboficiales legionarios que alimentaban el espíritu y costumbres del cuerpo. A modo de ejemplo, actualmente (2003) los cuadros de mando del 3er Tercio que llevan en la Legión entre 5 y 8 años son 2 Tenientes Coroneles, 2 Comandantes, 6 Capitanes, 4 Tenientes, 1 Suboficial Mayor, 13 Subtenientes, 13 Brigadas, 14 Sargentos 1º, y 9 Sargentos. Entre 9 y 12 años, 1 Coronel, 1 Comandante, 3 Capitanes, 1 Teniente, 3 Subtenientes, 1 Brigada, 12 Sargentos 1º, y 4 Sargentos. A partir de ahí, es decir entre 13 y 16 años, solo existen 2 Brigadas, y entre 17 y 20, 1 Teniente Coronel y 1 Comandante. Por último entre 21 y 24, 1 Sargento 1º, (el único de la escala legionaria) y entre 25 y 30, los 5 Capitanes legionarios ya mencionados anteriormente.

Los citados cuadros de mando suman un total de 100, es decir, que el resto hasta 156 que tiene en Fuerza de revista el Tercio llevan menos de 4 años en la Legión (más de la tercera parte).

Las primeras damas Legionarias

Las tres primeras mujeres que vistieron de verde en el 3º Tercio fueron Oficiales médicos, la Tte Dña. Pilar Hernández Frutos (1990-93) que coincide ser la primera dama de toda la Legión, la Tte Dña. Carmen Fernández Aríñez (1993-95) y la Cap. Dña. Carmen Pérez Ramírez (1996-00). Así pues María del Pilar Hernández Frutos, a sus 29 años de edad y natural de Zaragoza, fue la primera mujer que como militar profesional y con el empleo de Teniente se incorporó a la Legión, Perteneciendo al Cuerpo de Sanidad Militar de la Defensa y siendo destinada como Oficial Médico al Tercio D. Juan de Austria, en Fuerteventura.

Lo hizo en Puerto del Rosario (Fuerteventura) el 13 de agosto de 1990 en el Tercio 3º, al que fue destinada por R.10687/140/90 de 11 de Julio. Pasó a la 9 Cía de la VIII Bandera Colón, haciéndose cargo, además, de la Jefatura de Sanidad del Acuartelamiento. Participó en los ejercicios OTAN Dragón Hammer en la isla de Cerdeña en mayo de 1991.Tuvo el honor de portar la Enseña Nacional de su Tercio el 15 de febrero de 1992 y formó parte de la Agrupación Táctica Canarias en Bosnia-Herzegovina en el año 1993. El 6 de octubre de 1993 causó baja en el Tercio por destino a otra unidad. No obstante, participó nuevamente, junto a unidades de la Legión, en Albania en el año 1997.

Se daba la circunstancia de que con las nuevas leyes de profesionalización de todo el Ejército, en el Régimen de Personal de Tropa inicialmente no se contemplaba la incorporación de la mujer al Ejército (voluntariado especial). Luego, al ser ya admitida en general, tampoco podían ser destinadas a determinadas unidades operativas, como era el caso de los Tercios de la Legión. Posteriormente cambió esta normativa y se igualaron las condiciones de ingreso sin discriminación de sexo, motivo por el que, en lo relativo a tropa, en enero de 1999 ingresó en la VIII Bandera la primera dama legionaria destinada al 3er Tercio, Dña. Consolación Trinidad Gay (resolución 12/99), seguida por las damas Beatriz González, Begoña Fernández, Mónica Vega y Lorena Sola que ya se incorporaron en el 2000.

Por su parte, la primera Cabo del 3er Tercio lo fue Concepción Hidalgo Sánchez, destinada en junio de 2001 (1Cía VII Bandera), dando la casualidad que en abril del 2003 también será la primera dama en alcanzar el empleo de Cabo1º en el 3er Tercio. Perteneciente al equipo de pentatlón femenino obtuvo muy buenos resultados desde el año 1999, logrando estar en el 1ºpuesto del Ejército de Tierra en el 2002 y 2003.

Al escribir estas líneas (junio del 2003) el 3º Tercio cuenta en sus filas con un total de 15 damas legionarias.(posteriormente se han incorporado 6 damas hispanoamericanas y la primera Álferez de Infantería Dña. Victoria A. Pérez Sances como militar de empleo (antigua escala de complemento)

Otero: el eterno conductor del Sr. Coronel

El Cabo 1º Otero ha sido desde la llegada del 3er Tercio a Fuerteventura el eterno conductor del Sr Coronel Jefe del Tercio. Empezó con el Coronel D. Tomás Pallás Sierra en 1976 y en el 2003 continúa de conductor del actual Coronel del Tercio D. Vicente Bataller Alventosa, que pasa a ser el número trece de la lista de Jefes de Tercio a los que ininterrumpidamente ha prestado sus servicios. Atento, educado, servicial, pendiente del más mínimo detalle, es el conductor ideal para un Coronel pues el hecho de estar soltero y vivir en el cuartel le convierte en un conductor disponible las 24 horas del día, los 365 días del año. Todos los Coroneles me consta que,al igual que yo, le tienen mucho aprecio. Forma parte de ese grupo de conductores de los Jefes de Tercio y de la Brigada de la Legión, expertos, maduros por su edad y sobre todo de la vieja escuela donde no hay horarios ni oídos para lo que escuchan hablar en la fila de atrás de su vehículo. A esta misma escuela pertenecen, en el caso de la BRILEG, el Cabo 1º Facundo, conductor de S.E. y Anula, del Coronel del 4º Tercio. Otero ingresó en 1972 y actualmente (2003), es el más antigüo del Ejercito en este empleo (26 años de Cabo 1º , desde 1977).

El Sr. Vicens Llorca: un histórico del Tercero

El «Sr. Vicens». tras abandonar su inicial vocación religiosa ingresó en el 3er Tercio en Larache, luego estuvo en el Sahara muchos años hasta que le llegó la edad del retirotras ejercer en su última etapa como guarnicionero y sastre. El Coronel Timón trató de ponerse en contacto con sus familiares, que dieron la callada por respuesta pensando que iba a ser una carga familiar, pero al enterarse de que el Sr. Vicens (antes conocido como Llorca) tenía una suculenta cartilla, fruto de sus ahorros se mostraron muy interesados, a lo cual el Coronel contestó que ya tenía una familia que cuidaría de él esto es, El Tercer Tercio, cosa que ha hecho hasta nuestros días). En la gota fría de 1981 (según otra versión fue en la riada del Turia) y consiguiente riada que rompió el pantano de Tous, inundó su pueblo, perdió a su familia, quedando muy afectado e incluso algo trastornado por tal fatídico trance. Cogió la maleta y se marchó a Fuerteventura (la otra versión habla del Aaiún) para alistarse de nuevo a la Legión.

Su edad se lo impedía pero su nueva familia, la legionaria, no podía dejarle abandonado, acogiéndole en su seno, dándole alojamiento y rancho como si de nuevo estuviera en la lista de revista. De Fuerteventura se trasladó a Almería en 1996 y allí permaneció con su carrito de la limpieza y su mono legionario manteniendo en buen estado de policía a las calles del Tercio Juan de Austria, dando novedades a los mandos que iba encontrándose, hablándoles de Millán Astray, de Franco, del Rey Alfonso XIII, del desierto,… hasta que un fin de semana apareció con medio cuerpo paralizado en su habitación. Se le llevó a tiempo al hospital pero aquello fue la voz de alarma, el Sr. Vicens con sus setenta y muchos años merecía un cuidado especial. Tras su recuperación, fue trasladado en diciembre de 2002 a una Residencia de la 3ª edad, muy próxima al Cuartel de la Legión para que estuviera bien atendido y próximo a los legionarios de su querido Tercio. Allí parece que es feliz, pues precisamente se acordó con la directora de la Residencia que le dejara seguir con su carrito limpiando el establecimiento y eso le mantiene en forma y distraido. La última aparición por el Tercio (antes de editar este libro) fue el 18 de septiembre del 2003 que el Coronel Bataller en persona lo llevó a ver el Boxeo legionario, tan típico y tradicional del Tercero y después el festival donde actuaban las Sexboom pero el Sr Vicens ya echaba de menos la tranquilidad de su Residencia y tras el boxeo prefirió irse con sus abueletes antes que quedarse a ver a las cuatro bombones.

Ratko: el loro más «kie» (Sgt. 1º Millán)

Allá por el mes de abril de 1994 la 2ª Cía. de la VII Bandera incorporó a su lista de revista en Puerto del Rosario un legionario algo peculiar. No sabía hablar, ni desfilar, ni saludar… pero presentaba unas características muy diferentes a los demás: tenía alas, cola roja y pico, era un papagayo gris africano. Como carecía de nombre, el Capitán Esteban que entonces mandaba la Compañía, lo bautizó como Ratko Mladic (denominación susceptible a todo tipo de opiniones). Su entrada en la Compañía fue como la de cualquier legionario que llega nuevo: incertidumbre, desorientación y a la espera de lo que se va a encontrar. Poco a poco se fue integrando perfectamente a las broncas, al estilo y al ritmo de vida de la Legión. Participaba activamente en todas las maniobras y ejercicios de la 2ª Compañía, en los desfiles y en algún que otro acontecimiento en el cual su presencia era, cuanto menos, curiosa.

A finales de 1995 se trasladó con su unidad a la plaza de Viator para formar parte, como todos, de la Brigada de la Legión «Rey Alfonso XIII«. Tras un periodo de adaptación al nuevo clima y tras algún susto que otro (dos gatos querían ajustarle las cuentas), participó en su primera misión internacional formando parte de KSPBAT (jul 99 – ene 00), permaneciendo en zona de operaciones durante los 6 meses que duró dicha misión. Fue el único que no tuvo permiso, pese a lo cual no sufrió ningún tipo de problema psicológico que seguro más de uno hubiera tenido si no llega a disfrutar de tal relajamiento. Más tarde, en abril de 2001 volvió a tomar parte en una nueva misión en Kosovo y Macedonia, esta vez con la Cía Austria formada sobre la base de la 2ª Cía. (abr 01- oct 01), estando siempre presente en las distintas misiones que se le iban encomendando a dicha Cía.

Es un ejemplo a seguir por muchos, ya que en sus 9 años que lleva en la Segunda no se ha rebajado nunca, obedece las órdenes que se le dan, algunas veces con un poco de indisciplina, pero las obedece. No ha sido sancionado nunca y no se queja de nada. Casi siempre está de buen humor y ayuda a sus compañeros a levantar el ánimo en las circunstancias difíciles y cumple fielmente con el Credo Legionario.

Pese a todas las virtudes expuestas, ha sido al único al que no le han concedido ninguna distinción ni medalla pese haber participado en dos misiones internacionales y en todas y cada una de las maniobras y ejercicios de la 2ª Cía. (siendo el único que ha asistido a todas desde 1994). Realmente se merece algo más que un simple: ¡Ese es el loro de la 2ª Cía!. Es algo más que la Mascota de la Segunda, al igual que durante muchos años un homólogo suyo, el loro de Smara fue la mascota de la Valenzuela.

Por cierto, actualmente (sept 2003) Ratko Mladic se encuentra en Irak con su 2ª Cía formando parte del GT D. Juan de Austria . Es más el loro salió por los telediarios nacionales al hombro del Ministro de Defensa (Sr Trillo) mientras éste hablaba a los medios de comunicación el día que visitó a las fuerzas allí destacadas.

Enero 2003: primer encuentro de veteranos

La Brigada de la Legión desde hace unos años realiza un acto conmemorativo del combate de Edchera que según lo expuesto en el capítulo cuarto tuvo lugar el 13 de Enero de 1958. Aprovechando esta efeméride el Tercio «D. Juan de Austria» propuso convertir este acto en un Encuentro de Veteranos invitando al mismo a los antiguos cuadros de mando y legionarios que a través de los tiempos sirvieron en las filas del Tercero. La iniciativa requería en primer lugar invitar a los interesados y esto no resultaba fácil por varios motivos.

En primer lugar por no estar informatizadas las direcciones de los legionarios que en miles de carpetas llenas de expedientes figuran en los archivos del Tercio. Además las direcciones de la época de Larache y Sáhara o incluso Fuerteventura cabían suponer que no estaban actualizadas pues normalmente figuraban la de los padres de los legionarios, muchos de aquellos ya fallecidos. Por otra parte los cuadros de mando ya retirados es imposible localizarlos al no figurar sus direcciones en ningún estamento militar. Los que están en al reserva, controlados por las Delegaciones de Defensa, tampoco resulta tan fácil su localización al desconocer en que provincia residen.

Total que ante tantos inconvenientes se optó por, en un primer paso hacia delante , informatizar las direcciones de los legionarios de modernos a más antiguos, alcanzando la cifra de unos 2500(hasta el Sáhara), a los que se les remitió la oportuna carta de los que devolvieron todas menos unas 8000. En este sentido, como Coronel quiero agradecer desde estas páginas al Subteniente Alguacil, jefe de la primera Sección de la PLMM del Tercio, y a todos sus Suboficiales y tropa subordinada el gran esfuerzo que supuso el pasar de lso archivos a un programa informativo todas estas direcciones. Estoy seguro que esos 8000 antiguos legionarios que recibieron la carta también agradecerán este detalle de que su Tercio se acuerde de ellos.

Respecto a los cuadros de mando no quedaba ninguna constancia de su paso por el Tercio, por lo que no se pudo invitar a nadie(lógicamente a algunos de los que últimamente estuvieron destinados en el Tercio se les conoce a nivel particular pero la gran mayoría no se dispone su dirección).

Este Encuentro de Veteranos se anunció también a través de las Hermandades de Antiguos Caballeros Legionarios de toda España. Al final acudieron a la llamada alrededor de 2000 personas a las que, además del Sábado Legionario y el acto en recuerdo del Combate de Edchera, las Escuadras de Gastadores del Tercio les hicieron una exhibición, la Banda de Guerra tocó marchas militares, la música ofreció un concierto, y el Tercio abrió unas Compañías con exposiciones de todo tipo de material y un gran número de fotografías.

Este primer , desde el éxito obtenido, parece que va a continuar en ediciones futuras. De momento para el Sábado más próximo al 13 de enero del 2004 probablemente se convoquen el II Encuentro de Veteranos, lo ideal es que se hiciera extensivo para el resto de Tercios y unidades de la BRILEG, de modo que la Legión tenga también su día para los antiguos legionarios. Los que lean este libro, aunque no recibáis invitación, quizás por desconocer vuestra dirección, llamar por teléfono, confirmad que esta iniciativa perdura y venid a la base de la Brigada de la Legión, reuniros con vuestros compañeros de armas y con vuestros antiguos mandos.

Recordad viejos tiempos, cantad los himnos y no olvidaros de traer el viejo chapiri.

ANECDOTAS DE LA EPOCA DE ALMERÍA

Un WC Aerotransportable (Cor. Bataller)

Ocurrió que durante el ejercicio multinacional Dynamic-Mix 2002, llevado a cabo en el campo de maniobras de San Gregorio en Zaragoza, tanto por parte española como por la norteamericana se alquilaron waters químicos ante la escasez de árboles en la zona donde ocultarse a la hora de poner el huevo. Estos fueron distribuidos estratégicamente por todos los vivacs con una clara diferencia numérica a favor del Ejército USA dotado, según parece, de mayor presupuesto económico para tales menesteres. El hecho es que a una unidad legionaria le tocaron dos WC mientras que a los marines que acampaban próximos les correspondieron 15 o 20. Un legionario listillo, harto de guardar cola en la zona española se coló, valga la expresión, en el último WC del área americana donde la disponibilidad de wateres libres era casi del 100%. Cerró la puerta e inició tranquilamente la tan esperada acción de desahogo que le había llevado allí, sin agobios, sabiendo que nadie estaba en lista de espera.

De repente, para asombro suyo, el legionario observó como el WC no sólo se movía, sino que además ascendía hacia el cielo obligándole a interrumpir súbitamente su feliz estancia. Se levantó, abrió la puerta y desde el aire, con una mano sujetándose los pantalones semilevantados y con la otra agarrándose a donde mejor pudo para no caerse con tanto movimiento, mirando hacia abajo vió a un marine grandullón y de color más negro que el carbón manejando un toro. El americano masticaba chicle y movía la cabeza siguiendo un ritmo musical pues llevaba unos auriculares puestos.

El yanqui sin tener conocimiento de que el WC estaba ocupado, había iniciado su traslado hacia otro lugar, es decir que el WC además de aéreo era móvil. Los gritos y maldiciones del legionario debieron ser tan fuertes que al final lograron traspasar la barrera de los auriculares procediendo el marine, tras ver la cara de pocos amigos del legionario, a descender rápidamente el WC de nuevo al suelo. Según comentarios posteriores el citado legionario ya no volvió a utilizar ningún otro water químico durante el resto de las maniobras, recurriendo desde entonces al tradicional sistema de a lo lejos y al aire libre, que si bien resulta más indiscreto también es mucho más seguro por aquello de pisar terreno firme. Luego ya actuó el General de la BRILEG pidiendo un informe al Jefe de la unidad respondiendo éste en términos acordes con cómico suceso, siendo ambos escritos dignos de ser guardados en el museo de la Legión para goce de las generaciones venidoras que las pudieran leer.

El Coronel «retenido» en T’Zenin (Cor. Bataller)

A finales de junio de 2003 el Coronel Bataller Jefe del 3er Tercio, aprovechando un viaje a Ceuta para asistir a la entrega de mando del Regimiento de Regulares al Cor. Pedro Palomino (veterano legionario de seguro conocido por muchos lectores), se escapó el día anterior a Marruecos para sentir la emoción de ver y estar en los antiguos cuarteles del Tercio en la época de Larache, descritos por él en este libro pero solo de oídas por lo que le habían contado veteranos del D. Juan de Austria. El abogado Joaquín Sánchez, un legionario de honor y apasionado de todo lo que huela a Legión le acompañaba. Alquilaron los servicios de un moro de Ceuta que les trasladó en un Mercedes y por un módico precio siguiendo la ruta Ceuta, Tetuan, T’Zenin, Krimda, Larache, y regreso por la costa pasando por Arcila.

El conductor moro daba por hecho que antes ó después nos encontraríamos con algún policía que preguntaría el motivo de nuestra estancia por la zona, razón por la que convenía tener un plan antiinterrogatorios con los mismos argumentos por parte de los tres viajeros. Cómo era cierto se acordó decir, en su caso, que queríamos ver los antiguos cuarteles de la Legión, pues conocimos a gente que antes estuvo allí y nos había hablado de ellos. Al aconsejar no revelar la condición de militar (para no dar a pie a confundirnos con espías haciendo fotos), se convino que el Coronel dijera ser Profesor de Educación Física (al ser verdad por estar licenciado en esta materia).

Pues bien, al llegar a T’Zenin el antiguo cuartel del Tercio, actualmente convertido parcialmente en granja de gallinas y la explanada de delante en un inmenso viñedo, estaba vallado y no se podía pasar a su interior. Tras un regateo con el guarda, se le abonó una prima y el Coronel Bataller entró con una cámara e hizo todas las fotos que quiso. De regreso al pueblo, aparcaron el coche en medio de T’Zenin y con su amigo Joaquín dieron una vuelta imaginando donde estaban los cafetines y cantinas descritas en el libro. Una foto por aquí, otra por allí, no demasiadas pues tampoco había muchas imágenes interesantes. Ya a punto de subir al coche, vinieron unos musulmanes de paisano(uno hablaba español) y empezaron a preguntar el por qué estabamos allí.

Uno de ellos llegó un momento que requirió los nombres a lo que el Coronel se negó, subiendo al coche todo enfadado e indicándole al conductor que arrancase para irse de allí. Entonces uno de los paisanos le dijo en árabe al moro-conductor que era policía y que debíamos de haber pedido permiso para hacer fotos en el pueblo (y eso que no sabía lo del antiguo cuartel), que fuéramos a la comisaría y nos arreglaría lo de la autorización. El conductor nos aconsejó que le hiciéramos caso pues de lo contrario daría la matricula por radio y nos detendrían en el primer cruce (en cada cruce de carreteras era normal encontrarse un control de policía).

De modo que allí fueron los tres sospechosos, empezando a realizar preguntas, teniendo que poner en marcha el plan antiinterrogatorios aconsejado por el moro ceutí. Vino el Jefe de policía en cuestión, ya con uniforme, y volvieron a realizar las mismas preguntas y luego se presentó un tercer jefe y más de lo mismo. La retención duró dos horas aproximadamente, eso sí, les invitaron a un té y nunca fueron descorteses. El Coronel Bataller les expuso claramente que desde allí pensaba ir a fotografiar la zona del Krimda indicándole en que comisaría tenía que solicitar esta vez el permiso. Pero al llegar a la misma, le dijeron que no, que para hacer fotos por esa zona había que solicitarlo en una especie de Gobierno civil de Larache, donde al llegar ya habían cerrado las oficinas.

Total, que al final en contra de la opinión del moro-conductor y de su amigo Joaquín, el Coronel se fue a el Krimda, también convertido en granja rodeada de una valla y de nuevo sobornó al vigilante pasando a continuación a fotografiar y a sentir la emoción de ver sus dependencias, durante muchos años llenas de vida legionaria. Un paseo por la plaza de España de Larache, por el barrio de Nador, por el Zoco chico y por el puerto viendo como se seguía cruzando en barcas a la otra banda del río Lucus fueron la culminación de una emotiva jornada. Desde estas páginas quiero agradecer a la Policía marroquí el que no me quiten los carretes de fotos pues de este modo los lectores podrán ver algunas fotografías actuales de los pioneros acuartelamientos del tercio de Larache.

Una multa de 25 millones (Cor. Bataller)

Durante el ejercicio Maderal de control de zona, llevado a cabo por el Grupo Táctico Valenzuela y desarrollado en las Alpujarras almerienses, llovía muchísimo y los convoyes de camiones y BMR por caminos de montaña era dificultoso. En la zona existía una carretera en obras que en una ocasión tuvo que ser utilizada por un convoy legionario, dada la escasez de comunicaciones. En cualquier caso, al final las maniobras acabaron sin novedad. Pero transcurridos dos meses al Capitán Legionario Fernando Medero de la 4ª Cía de Servicios de la VII le llegó un atento escrito de la Junta de Andalucía, con el correspondiente membrete y sello oficial.

En el mismo se le comunicaba que reunida la comisión de Obras Públicas de la Junta habían acordado por unanimidad llevar a tramite ante el correspondiente Juzgado la denuncia formulada contra el citado Capitán que el día 21 de diciembre de 2002, al frente de un convoy de vehículos militares habían circulado por la carretera comarcal en construcción a la altura de… produciendo unos destrozos en la calzada recién reparada que se elevaban a un total de 150000 euros (25000000 pts). Cabe señalar que en el escrito se daban toda clase de información del importe detallado de los destrozos ocasionados, de que el nombre del Capitán había sido facilitado por el conductor del último vehículo alcanzado y detenido por uno de los trabajadores responsables de la obra (se justificó lo del último vehículo ante la imposibilidad de adelantar al resto de vehículos hasta llegar al primero donde iba el Capitán).

Todo parecía tan real que cuando el Capitán Medero fue sudando todo sofocado al Tcol Jefe de su Bandera y éste, tras leer los papeles de la Junta, también se lo tragó y a su vez fue de inmediato al despacho del Coronel Bataller, Jefe del Tercio, para darle parte y ver como se intentaba solucionar el problemón pues podían embargar de inmediato la casa del Capitán. ¿Cómo era posible que de algo tan grave nadie hubiera comunicado nada hasta entonces? El Coronel también se lo creyó durante unos momentos y empezó a pensar en como solucionar el problema, contratar un abogado que asesorase ,… hasta que apareció Medero ya desinflado. Se trataba de una broma de un Subteniente de la 4ª Cía que conociendo el susto que le iba a dar a su Capitán (con el que tenía mucha confianza) se aprovechó de un familiar que trabaja en la Junta de Andalucía para conseguir papeles que parecían auténticos. El Coronel y el Tcol acabaron en risas por la tomadura de pelo al Capitán que de rebote había llegado hasta las altas esferas.

Contrabando de Kalasnikov (Cor Bataller)

Durante unos ejercicios tácticos con americanos y húngaros la VII Bandera tenía agregadas una Cía de marines y otra de húngaros. Los legionarios como siempre se enrollaban bien con unos y otros. En estas colaboraciones en las que se trabaja codo con codo con fuerzas especiales de otros países es normal el intercambio de prendas (que luego se reponen comprándolas en el cuartel) como chambergos, navajas multiuso, cinturones, cantimploras, botas, etc. Concretamente los húngaros acabaron todos formando con el chambergo legionario muy apropiado, por cierto, para combatir el fuerte calor del mes de junio en tierras de Zaragoza.

En los temas de fuego real no había color. Los ataques y asaltos legionarios sorprendían a unos y a otros. Los húngaros que estuvieron más tiempo coincidiendo con los españoles se integraron totalmente y estaban encantados con la «Valenzuela». Todo iba muy bien hasta que a la División llegó un confidencial «se tenía conocimiento de que se estaban realizando intercambios de fusiles Kalasnikov de los húngaros por grifa de los legionarios».

Se alertó al Jefe de la VII Bandera que tras las averiguaciones pertinentes no averiguó nada, pero desde arriba se seguía insistiendo. Al final se llegó a descubrir la verdad. Se trataba de la historia de siempre, originada por alguien que nunca ha estado en la Legión y que teme que los legionarios seguro que montan un número. En este caso fue un Comandante de la Sección de Inteligencia que había escuchado campanas cuando un Oficial húngaro que pasó por el Puesto de Mando de la División comentó, en plan gracioso, que un legionario, tomando un refresco con un húngaro, le propuso cambiar el fusil Kalasnikov húngaro por el HK español ó algo similar. La información fue deteriorándose hasta el extremo de darse ya por un hecho cierto el intercambio de fusiles por grifa. Y como la Legión sigue siendo la Legión, todos los pistolos (con perdón) se lo creyeron. Que queréis que os diga, que me alegro, pues si algún día la Legión pierde sus encantos que tiene de ser temida (y no sólo por el enemigo) ya no será Legión.

Una médico en apuros (Cor. Bataller)

En unas maniobras de la Brigada de la Legión en San Gregorio (Zaragoza) agregaron a una Teniente Médico procedente de una unidad de Artillería de Madrid por falta de facultativos en la Legión. A unos mandos se les ocurrió la feliz idea de cavar un agujero en el suelo, próximo a la tienda y uno de ellos, vestido con el mono de trabajo, metió la pierna hasta la altura de la rodilla en el citado agujero, tapándola y cortando esa parte del mono para construir una pierna (la pantorrilla) falsa con bota incluida que se situó muy próxima pero un poco separada de la rodilla, de modo que tumbado boca arriba en el suelo, con las dos piernas extendidas, una de ellas cortada a la altura de la rodilla y sin poder imaginarse el escondite de la pierna buena en el agujero, aquello cuadraba perfectamente en la semioscuridad de la noche.

Encima se les ocurrió la feliz idea, no sólo de empastar la parte de la rodilla que se veía con tomate muy rojo, simulando un destrozo carnal, sino que un compañero agachado que sujetaba la pierna accidentada, con una maquinilla pequeña de engrase de vehículos, debidamente colocada debajo de la rodilla amputada, soltaba chorrillos de sangre (liquido rojo) que salía de la zona de la entomatada, valga el calificativo, como si de una vena cortada se tratase.

Comprobado el escenario y tras los correspondientes ensayos se inició la obra teatral. La Teniente Médico estaba en una tienda próxima y escuchó un fuerte ruido, como un atropello ó la caída de un artilugio pesado al suelo y a continuación sonaron voces ¿qué ha pasado? ¡un accidente! ¡cuidado está gravemente herido! ¡no moverlo! ¡se va a desangrar! ¡un médico, llamar a un médico!! Todo ello mientras se escuchaban fuertes gritos de dolor. La Teniente cumpliendo con su obligación cogió el maletín de primeros auxilios y corriendo se presentó de inmediato en la zona de los hechos. Hacía poco que había acabado la carrera y aquel sin duda iba a ser el caso más dificil y complicado que había tenido hasta entonces.

Sentía que todas las miradas iban hacia ella, esperando que salvase a su compañero. Pero aquello era demasiado. No podía disimular su preocupación. La sangre seguía emanando a chorros y el malherido no paraba de gritar ¡Ay, ay, ay! Actúe rápido, mi Teniente ó se desangrará, le insistían los compañeros del malherido. Nada más empezar a limpiar las heridas y coger la parte de la pierna desprendída descubrió el pastel, se puso primero colorada, luego enfadada pero… un hermoso ramo de flores silvestres ya preparado previamente para bajar los humos, y la explicación de que en la Legión se gastan bromas a los Oficiales recién incorporados, acabó en sonrisas y en el perdón por la pesada broma. Esa noche en las novedades a su novio la Tte. Médico se alargó contándole con detalles la hazaña. Aquello rompió el hielo y durante el resto de las maniobras la Médico se sintió como sí la Legión fuera su propia unidad.

El primer núcleo de control NBQ en operaciones

El Comandante Eugenio Bayo, diplomado en NBQ fué, junto con el Subteniente Cirugeda igualmente poseedor del citado curso, ambos pertenecientes a la VII Bandera del Tercio Juan de Austria, fueron los primeros mandos que pusieron en marcha, prácticamente por iniciativa propia, el primer núcleo de control NBQ en una zona de operaciones y que, precisamente, vino muy bien con posterioridad cuando surgieron problemas de control de radioactividad por bombardeos de la OTAN en Kosovo. Así nos lo cuenta:

«En la misión del GT Valenzuela en Kosovo (Jun99-Ene00), el Comandante Bayo y el Subteniente Cirugeda, llevados por su afición a los temas de NBQ, organizaron el primer núcleo de control NBQ en zona de operaciones. A pesar de que el objetivo era asegurarse de que en los destacamentos de las Compañías y la Bandera, y en las ermitas ortodoxas que se protegían las 24 horas, el personal de la Legión y la población civil no sufriera ningún riesgo por una posible contaminación radiológica; el cachondeo que tuvieron que soportar los dos especialistas de NBQ no tenía nombre. Infatigables al desaliento los dos especialistas continuaron semanalmente con su labor de realizar las mediciones de la manera más discreta posible.

Su trabajo consistió en realizar una medición radiológica semanal en todos los lugares donde con carácter de permanencia vivía personal de la Legión. Esta labor también se realizó como apoyo a los locales sede de alguna ONG,s que realizaban sus actividades en la Opstina de Istok. El GT Valenzuela fue la única Unidad de todos los países de la OTAN en Kosovo en organizar y registrar sistemáticamente en su área de responsabilidad las intensidades y dosis de las radiaciones de baja intensidad. Lo más horrible fue realizar el relevo cuando terminó la misión pues, cuando se hizo la entrega de los detectores y los libros con los registros de las mediciones, las sonrisas de los entrantes eran casi ofensivas.

Finalizada la misión se desencadenó en prensa española y en la de todo el mundo el huracán de soldados que había estado en Kosovo y que padecían el síndrome de las radiaciones de baja intensidad por el empleo de la aviación norteamericana de proyectiles con núcleo de uranio empobrecido. Los especialistas del Tercio realizaron un informe por el que demostraban que nuestros legionarios no habían sido expuestos a ningún tipo de riesgo por radiación ionizante y posteriormente, tras ser llamados a Madrid por el segundo JEME, recibieron del mismo, además de una felicitación verbal, la orden de preparar una conferencia para explicar a las unidades que habían relevado a la Legión las medidas que el primer Grupo Táctico había realizado.

¡Había llegado la hora de la venganza a las sonrisas en los relevos!. El Comandante y el Subteniente no podían ser más felices imaginándose un cine lleno de personal de la otra Brigada con dos conferenciantes vestidos de verde y con carta abierta para poder dar toda la tralla posible contando lo bien que lo había hecho la Legión y que en el auditorio tenían que estar allí aguantando el chaparrón. Desgraciadamente la revancha no se pudo cumplimentar porque no se sabe ni cómo, ni porqué, la conferencia fue dada por especialistas NBQ de la FMA de Valencia.

Además de abrir el camino de los procedimientos NBQ en misiones de mantenimiento de paz, la Brigada de la Legión nuevamente fue la pionera de España en la constitución de los núcleos de control de Brigada y Bandera/Grupo; la recopilación actualización y difusión de la documentación OTAN en vigor, realización de cursos prácticos y teóricos tanto en español como en inglés, y posteriormente la ejecución de los correspondientes cursos para núcleo de control de Compañía.

Consecuencia de todas estas acciones, además de la excelente preparación de Planas Mayores y de los legionarios, el resultado final ha sido el reconocimiento del elevado nivel de adiestramiento en materia NBQ, por el Ejército de Tierra español y por los demás ejércitos de la OTAN».

En definitiva, esta iniciativa llevada a cabo por personal del Tercio 3º sirvió de referencia a los contigentes que con posterioridad desplegaron en Kosovo y de referente para sucesivas operaciones de paz llevadas a cabo por el Ejercito español. Al igual que desde hacía tiempo se había superado la asignatura pendiente de La Logística no se trata, a partir de esta fecha, y gracias a la labor de un Oficial y un Suboficial del Tercio 3º, especialistas en esta materia, también se pasó a tener en cuenta, con la importancia que se merece, el control de los nuevos riesgos NBQ.