DEL NORTE DE ÁFRICA AL ÁFRICA OCCIDENTAL: SAHARA, 1958-1975
EL GRUPO LIGERO DE CABALLERÍA I
El regreso de los jinetes legionarios
Al intensificarse las acciones de las bandas rebeldes en el conflicto de Ifni-Sahara fueron mandadas unidades expedicionarias desde la Península para reforzar la acción de las Banderas legionarias del territorio, entre éstas, pertenecientes a las diferentes armas y servicios, formaban parte dos Grupos expedicionarios de Caballería de los Regimientos Santiago Nº1 y Pavía nº4. Finalizadas las operaciones y tras retirarse del territorio el personal de los Grupos Expedicionarios en junio (algunos optaron por quedarse), gran parte de su material pasó a constituir el de plantilla de los Grupos Ligeros Blindados que se crearon en los Tercios 3º y 4º de la Legión. Con ellos, el Arma de Caballería, tras veinticinco años de ausencia, volvió a estar presente en la Legión.
Creado por OC. de 22 de agosto de 1958 (DO. Nº 191), el Grupo Ligero Blindado estaba compuesto por Escuadrón de Plana Mayor y dos Escuadrones Ligeros, siendo heredero del glorioso Escuadrón de Lanceros del Tercio organizado en 1925 y disuelto en diciembre de 1932. Los Oficiales y Suboficiales procedían inicialmente del arma de Caballería y la tropa de la PLM del Tercio en Krimda y de la IV y VI Banderas expedicionarias del 2º Tercio (la IV se convirtió en VIII, pero al parecer también pudieron elegir ir al Grupo Ligero y a la Batería transportada). Precisamente el Tcol. D. Arias Bulnes, que era quien mandaba uno de los Grupos expedicionarios que dio origen al Grupo Ligero del 3º, fue uno de los cuadros de mando que prefirió quedarse en el Sahara sin regresar a su destino origen. Posteriormente los Suboficiales fueron legionarios, en lugar de pertenecer a Caballería como los fundadores. Inicialmente se mantuvo destacado en La Hagunia, y luego en Mahbes, El Farsia y Echedeiria si bien la mayor parte de su permanencia en el Sahara estuvo de guarnición en Edchera, en el famoso Fuerte Chacal. En su última etapa en el desierto su ubicación fue en el cuartel del 3er Tercio en Sidi- Buya (Aaiún).
El Guión del Grupo mantuvo, en el anverso, lo mismo que figuraba en el Escuadrón de Lanceros del Tercio, con la leyenda Tanto Monta, Monta Tanto y en el reverso, el Pendón de los Reyes Católicos en la toma de Granada sobre fondo rojo. Por este motivo recibió el nombre de Reyes Católicos. Los Banderines eran de color rojo el 1er Escuadrón y amarillo el segundo, con bastos blanco y azul. Su galleta de pecho era blanca (ángulo superior izquierdo) y azul (ángulo inferior derecho) con dos bastos (blanco y negro) cruzados. Su pepito llevaba un legionario con siroquera con una gacela sobre fondo blanco y azul. La cabeza de una gacela pintada sobre cada vehículo del GLS era el signo identificativo de los de Caballería del 3 er Tercio (la VII Bandera llevaba el loro de Smara y la VIII la cabeza de un carnero). En 1976 se cambio el pepito con la gacela del portaemblemas por el del pendón de los Reyes Católicos, en honor a su nombre.
us Jefes fueron los Tcol. D. Valentín Bulnes Alonso Villalobos (1958-64), D. Angel Clavero Fernández (1964-66), D. Eduardo Represa Cortés (1967-70), D. Joaquín Valencia Remón (1970-71), D. José de Travesado y Martínez de la Riva (1971-73), D. Manuel Blanco Valencia (1973-75), D. Rafael Casa de la Vega (1975-79), D. Juan Díaz de Figueroa y Soriano (1979-82), D. Juan Luis Sanz de Merlo (1982-85). El último Jefe del Grupo, (cuando éste ya pasó a pertenecer al 4º Tercio en Ronda) fue el Tcol. D. Lorenzo Alonso Vicente (1985-88).
El Coronel Blanco Valencia (que estuvo destinado en el Grupo I del 3er Tercio cerca de 12 años) nos cuenta su visión de la Caballería legionaria:
«Sólo le faltaba a nuestra Caballería para ser más temida y valorada, tener unidades legionarias. No pudo ser cuando Millán Astray fundó el Tercio en 1920, pero al reorganizar la Legión tras el desastre de Annual en 1925, una pequeña representación – un Escuadrón de Lanceros – tuvo la suerte de integrarse en ella. Este Escuadrón, debemos reconocer desgraciadamente no fue incluido en el desembarco de Alhucemas por dificultades logísticas, sufriendo sus componentes una gran decepción al no poder competir con sus hermanos de las Banderas que se llevaron la gloria. Solamente realizaron duras operaciones de castigo por Xauen y Bab Taza donde recibieron su bautismo de fuego, obligando a las harcas a desaparecer aterrorizadas.
Llegó – casi por sorpresa – el año 1931 con su República. Al Ejército le tocó obedecer, con férrea disciplina, sus trágicas mutilaciones. El Escuadrón desapareció, triste y dolorido el 27 de diciembre de 1932 y su Banderín, el Pendón de los Reyes Católicos, regresó al Museo del Ejército en espera de mejores tiempos. Tras veintiséis años de anhelada espera, cuando en 1958 los marroquíes trataron de sorprendernos en el desierto saharaui, se reorganizó rápidamente la Legión para adaptarla a aquellos amplios horizontes y volvió a contarse con la Caballería para que vistiese de nuevo el verde legionario. Se crearon dos Tercios saharianos, el 3º y 4º, con un Grupo Ligero Blindado cada uno.
Las notas agudas de clarines y relinchos de antaño, fueron sustituidas por las graves y roncas de sus motores. Los Oficiales y Suboficiales de ambos Grupos, desembarcaron en El Aaiún en las vísperas de la Purísima, de 1958. Hicieron rápidos relevos de los Oficiales expedicionarios en Aaiún y Hagunia, y emprendieron una intensiva instrucción para adecuar aquellos Escuadrones a patrullar por el desierto mientras los jinetes se impregnaban del Credo Legionario, que asimilaron rápidamente. Aunque el Grupo I estaba de guarnición en Aaiún y el II en Villa Cisneros, atento siempre al espíritu de acudir al fuego, subió al norte con rapidez y alegría cada vez que la situación lo requirió. Ambos turnaban la vigilancia por aquella ocre geografía, primero en la llanura de Gaada y después en la Hamada – Edchería – donde les apoyaba una Bandera hermana en Mahbes, muy próxima a Tinduf (Argelia) y otra en Smara, la ciudad misteriosa.
Fueron aquellos primeros tiempos duros y difíciles, aguantando aquel calor abrasador bajo las tiendas Cima o en agujeros en la tierra cubiertos de ramaje, donde el polvo del siroco se hacía irresistible y las altas temperaturas insoportables. Era corriente racionar el agua de los algibes a dos cantimploras por barba, aunque se necesitaban más de diez litros para evitar la deshidratación, que, alguna vez, se generalizó en todo un Escuadrón sin otro recurso que un puñado de sal gorda de la panadería y un buche de agua tibia de la cantimplora. Recuerdo la habilidad del legionario para con cuatro botellas vacías de ginebra y un pedazo de saco, o una camisa vieja, fabricarse un guirbi peculiar que refrescaba el agua como un botijo. Pero todos los inconvenientes y malestares fueron superados por aquellos Grupos con abnegación y altruismo, salpicando el desierto de campamentos y vivacs de circunstancias y construyendo otros más sólidos y confortables, que con el tiempo serían después guarnecidos por Tropas Nómadas o unidades expedicionarias, con el esfuerzo legionario, entre chistes alusivos y canciones sarcásticas.
Muy pronto, aquellos Escuadrones, ya instruidos, patrullaban vigilantes por la ocre geografía saharaui. Recorrían, palmo a palmo, la extensa y seca llanura de Gaada y subían a la Hamada por el Craab el Haua, para llegar a la frontera con Argelia en la zona de Tinduf. Fueron tiempos de adaptación muy duros y penosos; aguantando temperaturas elevadísimas, increíbles y sirocos irrespirables y angustiosos. Patrullas rabiosamente incómodas, sin tregua ni descanso, con hambre, sed y mucho polvo en las gargantas.
Puestos, campamentos y vivaques, evocaron la presencia de la Caballería legionaria en aquellas tierras silenciosas, secas y abrasadoras. Sequen, el del río Echdari, con sus talhas y azufaifos, repleto de gacelas y antílopes. Hassi Greibil, con su pozo salobre, profundo y putrefacto. Lehmeira, cuna de lefas y escorpiones. Uad Tim, horno infernal, insoportable. Aglia de Talha, que muchos llaman Echdeiría, por error. Hausa, castillo pizarroso de una reina mora. El Farsia, donde – según la leyenda – brotó la Saguia el Hamra, al piafar el caballo de Ocba Ben Nasfi. Mahbes de Escaiquima – que no aceptó el san Benito – con olor argelino y de sus manadas de liebres. Bir Enzaran, Aargub, Ausert y tantos y tantos otros, donde flamearon orgullosos los Banderines de los Escuadrones».
Los vehículos y el armamento
Entre los vehículos blindados del Grupo cabe destacar sus 11 autoametralladoras-cañón (AAC) americanas Ford M-8 y M-20 Hércules y 5 carros ligeros M-24 Chaffe (estos pertenecían al Escuadrón de Mando). En abril de 1960 se le retiraron los 5 carros ligeros y los jeeps de 1/4 de tn. que tenía el Escuadrón 2º y el de PLM, siendo sustituidos por 39 land-rover. Hay que tener en cuenta que según nos comenta el Cte. Cruz, que entonces era Sgto., los carros M-24 estuvieron de dotación en el Grupo, eran cinco, y prácticamente no se usaban quizás por ser muy viejos y tener muchas averías. No obstante, entre otras, hubo una vez que uno de ellos maniobró y marchó hasta el campo de aviación. Fue el día que el Jefe del Grupo, Tcol. D. Arias Bulnes Alonso Villalobos quiso probar al primer Sargento legionario destinado a su unidad (hasta entonces los Suboficiales de los Grupos eran procedentes de Caballería y se pretendía iniciar su relevo, al igual que con los Suboficiales de las Baterías que eran artilleros). Se llamaba el Sargento D. Pedro Robert Astie, y se había formado como carrista en la escuela de Laucién. Quiso el Jefe probarlo, en el buen sentido de la palabra, por su supuesto desconocimiento del manejo del carro y a renglón seguido evaluar su falta o no de aptitudes para la Caballería y no le quedó más remedio que aceptarlo y además hacer un canto a su capacidad. Se convirtió Robert en un figura del Grupo.
En el mes de octubre ocurrió lo mismo con los jeeps del 1er Escuadrón que causaron baja a cambio de 27 land-rover. En 1965 se potenció el Grupo Ligero con la incorporación de las modernas autoametralladoras-cañón francesas Panhard AML-245. También cambió su denominación primitiva pasando a llamarse Grupo Ligero Sahariano con fecha 1 de enero de 1966. Durante los años 1974-1975 recibió blindados M-3/UTT Panhard dedicados al transporte de tropas, provistos de AML-MG de 7,62 mm. Las autoametralladoras con cuatro ruedas las había en dos versiones, una con cañón de 90 mm. y otra con mortero de 60 mm. En marzo de 1979 fueron sustituidas las 10 ametralladoras-cañón por 12 carros de combate ligeros M-41.
Veamos seguidamente algunas de las características de estas armas y vehículos utilizados por el Grupo de Caballería del 3er Tercio. Las autoametralladoras-cañón Ford M-8, de origen norteamericano, fueron compradas a Francia después de ser usadas en Argelia (siguiendo la antigua usanza española de poner motes, recibieron el de Hércules). Además de las M-8, usadas para reconocimiento y exploración, contaban los GLB,s con los carros de ayuda americana M-24 que proporcionaban la necesaria potencia de fuego. Más tarde en 1960, dispusieron también los camiones blindados Triumphy que prestaron servicio hasta el año 1966.
En estas fechas, según lo dicho, los GLS sufrieron una profunda modificación al cambiar los ya quemados M-8 Triumphy y M-24 por las modernas AML-245 Panhard. Tenían dos versiones con distinta torre, la H-60 que portaba un mortero de retrocarga de 60 mm. y dos ametralladoras coaxiales de 7,62 mm., y la H-90, que nos facilitaba potencia de fuego con su cañón de 90 m/m. Además, disponía de una ametralladora coaxial de 7,62 mm.
La autoametralladora ligera Panhard, conocida vulgarmente como AML, era un vehículo ligero blindado con un peso de 4.800 Kg. (la AML–60) o de 5.000. Kg. la (AML–90), de dimensiones francamente reducidas, exclusivamente protegido contra explosiones de obús y proyectiles de infantería por un blindaje de espesor medio de 12 mm. Esta protección, que pudiera parecernos insuficiente, estaba compensada por una velocidad máxima de 130 Km., y una movilidad aceptable sobre caminos y pistas. Sobre la misma caja podían ser montadas dos torretas, dando una gama de tres armas diferentes. La torre 90 llevaba un cañón de 90 mm. y una ametralladora coaxial de 7,62 mm. La torre 60 iba equipada con un mortero de 60 mm, de retrocarga y estaba completada por dos ametralladoras de 7, 62 mm.
Las Secciones Mixtas de los Escuadrones Ligeros se componían de un land-rover 109 (de mando), un Pelotón blindado de exploración con dos AML-60, un Pelotón de cañones sin retroceso de 106 mm. (tres vehículos contando con el de municionamiento) y un Pelotón de protección (dos land-rover). Las AML-90 formaban (en número de seis) una Sección homogénea, encuadrada dentro del Escuadrón de Plana Mayor. El Jefe de Pelotón podía utilizar su diverso armamento en tiro curvo o tenso y sus diferentes calibres en función del enemigo que se presentase. Las AML constituían el núcleo fuerte y principal de los Escuadrones. Las AML -90 formaban la verdadera Reserva del Jefe del Grupo.
Las AML,s estuvieron en dotación en el Grupo Ligero de Caballería (GLC) (así se llamó desde 1975, fecha de la fusión de los GLS,s en Fuerteventura), hasta el año 1985. En febrero de 1987, el GLC se encontraba al completo de su plantilla de VEC,s, Vehículo de Exploración de Caballería, entregado a la ENASA por el Ejército, habiendo logrado esta empresa un magnífico vehículo todo terreno capaz de aguantar con óptimas prestaciones el ímpetu del Arma del movimiento rápido, la Caballería.
La reestructuración de la Caballería
Cuando en 1958 regresaron los Grupos Expedicionarios a la Península, según lo dicho, parte de su material pasó a los Grupos legionarios, sin embargo, algunos de los M-24 dejaron de prestar servicio en las unidades y fueron enterrados como fortines fijos en el aeropuerto de El Aaiún.
En el año 1960 la IG. 160-115, que desarrollaba la Directiva Ministerial de 15 de diciembre de 1959, introdujo un cambio considerable en la organización del Ejército español. En lo que a Caballería se refiere, se establecieron las siguientes unidades: La División de Caballería (compuesta de cuatro Regimientos de Dragones). Las Brigadas Blindadas para Cuerpo de Ejército (tres). Las Agrupaciones Blindadas de las Divisiones de Infantería Experimentales y Transformación (ocho). Los Grupos Ligeros Blindados (cuatro), dos saharianos, uno en Ceuta y otro en Melilla. Un Grupo de Reconocimiento (DAC) y un Escuadrón de Reconocimiento para la Agrupación Aerotransportada (paracaidista).
En 1965 la organización del Ejército experimentó un nuevo cambio. En esta ocasión fue la influencia francesa la que primó una vez más. Con arreglo a la Instrucción General 165-142, de 10 de julio de este año, basada en la Directiva del Alto Estado Mayor de enero del mismo año, se crearon dos grandes conjuntos: Las Fuerzas de Intervención Inmediata (FII) y las Fuerzas de Defensa Operativa del Territorio (DOT). Como DOT, figuraban los Regimientos Acorazados de las dos Divisiones de Montaña, los nuevos Regimientos Ligeros Acorazados de Ceuta y Melilla, los Grupos Ligeros Saharianos y once Grupos Ligeros de Caballería, uno por cada Brigada DOT, desplegada en cada una de las Regiones Militares (9) más uno por cada archipiélago (Baleares y Canarias).
De este modo el I Grupo Ligero Blindado del Tercer Tercio sufrió ligeras modificaciones. Perdió su condición de blindado en fecha 30 de diciembre de 1965 (DO nº 296) pasando a ser Grupo Ligero Sahariano I a partir del 1 de enero de 1966. Estaba formado por Mando y Plana Mayor, Escuadrón de Plana Mayor (Sección de Mando, Sección de Autoametralladoras-cañón y Sección de Servicios). La plantilla de Caballería de estos Grupos eran de 2 Jefes (1 Tcol y 1 Cte.), 15 Oficiales (4 Cap,s y 11 Tte, s), 24 Suboficiales (4 Bgda,s y 20 Sgto,s) y 398 de tropa (20 Cbo,s 1º, 54 Cbo,s y 324 Sdo,s).
Los vehículos más destacados de este Grupo del D. Juan de Austria eran las 6 autoametralladoras-cañón de 90 mm, 12 autoametralladoras de 60 mm, 38 coches TT ¼ Tm, y 29 CNLTT de 1Tm. Entre el armamento podemos contar 14 ametralladoras ligeras, 4 morteros de 81mm y 14 cañones sin retroceso. En 1974, recibió 6 autoametralladoras–cañón más. La siguiente reorganización vino impuesta por la evacuación del Sahara y la desaparición del 4º Tercio y con él del GLS-II. El GLS-I marchó con el Tercero a Fuerteventura cambiando su nombre a Grupo Ligero de Caballería. Diez años más tarde, otra nueva reestructuración obligaría a decir adiós al Grupo del 3 er Tercio.
Un adiós dolorido
El día 13 de noviembre de 1985 y en el muelle comercial de Puerto del Rosario, la VII y VIII Banderas con la Banda de Guerra del Tercio D. Juan de Austria, 3º de La Legión, despedían al Grupo Ligero de Caballería que fue de este Tercio durante 27 años desde 1958, por haber sido destinado a la plaza de Ronda (Málaga) para integrarse en el Tercio Alejandro Farnesio, 4º de la Legión. Este emotivo acto de despedida fue presenciado por el Excmo. Sr. General Jefe de Tropas de Las Palmas, Don Eduardo Cazorla Martínez, y Autoridades Militares de la Isla.
Un Teniente Coronel, doce Oficiales, veinte Suboficiales y doscientos cincuenta legionarios en un emotivo acto castrense, desfilaron marcialmente con el aire de disciplina que les caracteriza ante todos los reunidos allí presentes. Al soltar amarras el buque de la Transmediterránea Cuidad de la Laguna, fueron entonados los himnos de la Legión, cuyas gargantas legionarias jamas conocieron tantos esfuerzos.
A su llegada al puerto de Málaga, el Grupo se desprendió de sus AML de 90 y 60 mm. para posteriormente recibir vehículos blindados sobre ruedas, los BMR-625 en su versión de Caballería. En la madrugada del día 16 de noviembre llegó a Ronda el Grupo Ligero de Caballería, procedente de Fuerteventura. Al mando del Grupo Ligero se encontraba el Teniente Coronel de Caballería D. Juan Luis Sanz de Merlo que, junto a su unidad, fue recibido a su llegada por el Coronel Jefe de este Tercio y los Jefes de las Banderas pertenecientes al mismo.
Antes de su incorporación, el acuartelamiento de El Fuerte fue acondicionado, con objeto de lograr las mayores y posibles comodidades para el alojamiento de los tres Escuadrones que lo componían. Pero la vida del GLC en el 4º Tercio iba a ser muy corta. El 30 de junio de 1988 el Grupo Ligero de Caballería Reyes Católicos había sido desactivado. Por orden 562/11349/88, su personal de tropa quedó acoplado al Tercio 4º de la Legión. En el patio de Armas del campamento Montejaque con un acto sencillo pero solemne se despidió el GL Reyes Católicos. Como testigos, la BOEL, la USAC y la X Bandera, rindiendo culto con orgullo y honor a la última Caballería legionaria. Su Guión y Banderines recibieron los últimos honores a los muertos. Iban a formar parte, con otros muchos Guiones y Banderines, del Museo de la Legión.
Con la conversión en 1996 de las VII y VIII Banderas ligeras en ligeras protegidas, de nuevo en el 3er Tercio apareció el blindaje en sus vehículos de transporte, en este caso BMR,s provistos de ametralladora Browning de 12.70mm. Este tipo de protección, según lo dicho, surgió por primera vez en el Tercio en 1958 con la creación del Grupo Blindado, reforzándose en 1970 con la incorporación de la Compañía de carros AMX-30, Bakali, (disuelta en 1975) y solo se mantuvo sin ella en un periodo de Fuerteventura comprendido entre finales de 1985 (al desaparecer el Grupo de Caballería) y primeros de 1996, año en el que se dotó al Tercio de BMR.